sábado, 7 de septiembre de 2013
Mi ciudad
Y esta es mi ciudad. Bueno, en la que vivo, por lo menos. Sí, ese cementerio que se ve desde acá. Con montón de gente creyéndose más que el otro, y la verdad es que sí, hay algunos más que otros, pero no viene al caso. El prejuicio le gana a cualquier chupada de huevo. Y creeme que es chico, pero hay de todo; las iglesias empedernidas, los locos mendigos, los bolivianos con su ropa de calidad fecal, los villeros, o al menos eso intentan, las minitas chetas que con el olor de su tanga recolectan vírgenes, los chabones drogones que son dioses con un porro en la mano, las viejas de 40 años en los boliches, y después, obviamente, están los trabajadores, los que se rompen el culo, simbólicamente, trabajando, pero eso no importa, aunque suene mal. En fin, al final de la calle estamos los dos parados, con medio pueblo mirando, ahí me soltás la mano y seguimos como amigos hasta que la oscuridad venga de nuevo y nada pasó.
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Me encanta tu blog, nunca dejes de escribir
ResponderEliminarGracias.
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