martes, 17 de septiembre de 2013

Nuestros días...

Empezó la canción que me levanta el ánimo todos los días y pienso...

Fue un día hermoso... Me levanté con todas las pilas, fui al cole y me reí todo el día con mis compas porque no hicimos nada. Cuando volvía a casa lo hacía dichoso porque era un día gris, como a mí me encanta, con la lluvia fina que decora todo. Mi perro me recibió con un saludo de 15 minutos y más me levantaba el ánimo. Me tiré un rato a leer y llama mi hermana diciendo que mamá recién llegaba de viaje y que si quería ir después de la siesta a verla.

El celu se queda sin batería y vuelvo a la realidad...

Fue un día de mierda... Me dormí y llegué tarde al colegio. Ahí discutí con una que nunca me banqué. Volví a casa con el sol poniéndome 28° en la cara. Mi perro estaba enfermo, casi moribundo, lo tuve que llevar rápido al veterinario para que lo revisaran y curaran. Le recetaron un par de gotas y le pusieron una inyección. Volviendo me encuentro con mi tía que hacía meses no veía y le tuve que contar toda la historia del perro, cómo me iba en el colegio, cómo están mis padres; fingiendo alegría por verla. Llego y me preparo un café porque comida no había, no importa, me va a ayudar a bajar unos kilos. Me iba a acostar un rato a leer la Rumbos y llama mi hermana diciendo que a mamá la habían internado pero que no era nada grave, si podía que me llegara un rato.

Igual lo que más me interesó del día fue cuando te vi al final del pasillo, entremedio de los enfermeros; tenías una sonrisa de oreja a oreja, me abrazaste y me susurraste que me amabas con un sollozo de alegría.

Fue uno de mis mejores días...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ya sea puteada o halago, dejala.